domingo, 21 de julio de 2019

La vida...


El tiempo pasa, y la vida avanza cogida de su mano, a un ritmo tan cadencioso como impertérrito.

Los ancianos del lugar cuentan arrugas, algunas albergan un relato feliz, y otras esconden desdichas de las que solo el tiempo es testigo.

El asfalto aguanta cómo puede su imperio desmedido, enardecido por la sobredosis diaria de goma y monóxido, y cobrando su peaje victima tras víctima.

El viento que antes corría libre es ahora esquivo, acorralado por nuestros aires de grandeza en tonos gris y negro.

Y los colores parecen difuminarse a nuestros ojos cada vez más torpes, que ya no saben distinguir la belleza si no está enmarcada en una resolución 4k.

El tiempo pasa, y a su lado la vida, aunque no parezca importarnos.