viernes, 1 de julio de 2016

EL ENCUENTRO

Hubo un tiempo en el que todo lo sucedido me afectó profundamente, pero ahora lo he asimilado. Era inevitable que todos fuésemos desapareciendo, pues el hombre antes o después llega a su fin, pero nunca pensé que yo sería el primero. No sé cuánto tiempo ha pasado, quizás sean más de cien años, o tal vez un solo día, aquí todo se ralentiza. Aún recuerdo mi entierro. Fue sencillo, se encargó de todo la sociedad de decesos, como era su obligación. Pero como nadie les reclamó sobre su proceder, ya que ningún familiar se dignó en un momento tan aciago comparecer a darme la última despedida, ahorraron todo lo posible en los gastos del sepelio. Luego en el cementerio, con el único cortejo del enterrador y su ayudante, me depositaron en un destartalado nicho. En aquel lugar encontré a otros etéreos compañeros en mi misma situación, aturdidos y con la mirada perdida, sentados sobre sus limpias y relucientes tumbas o vagando por el lugar en parsimoniosa procesión. Parecían no advertir mi presencia, así que no les dije nada, bastante tenían con lo suyo, y me marché de aquel lúgubre lugar, lo mismo que había venido, sin intervenir para nada mi voluntad. Ahora ya no percibo a nadie, ni conocidos ni desconocidos ni siquiera a mi ex mujer que acabó casándose con un tipo rechoncho quince años mayor que ella, que se dedicaba a la exportación de frutas. ¿Qué haré desde este instante? Es algo que me pregunto con asiduidad, el futuro se presenta de lo más aburrido, pero qué digo futuro, si por suerte o por desgracia, como hemos comprobado, el tiempo ha dejado de existir. Por eso no sé cuándo ocurrió lo que le cuento, ya sabe usted cómo va esto. Me alegró encontrarle y que decidiera seguir conmigo, así no me encuentro tan solo, pero ya le digo, prefiero no hablar de esto o hablar lo menos posible. Es mejor disfrutar de su compañía y usted de la mía, por supuesto.

1 comentario:

  1. Buena historia de una...muerte anunciada, Sierra. Yo le hubiese dado un toque de humor al final, planificando alguna visita a la ex mujer y su rechoncho marido, pero bromas aparte, es un buen relato.

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